En la vasta red de constelaciones digitales que conforman el Multiverso Superdavitm, se abrió anoche un portal estelar hacia un acontecimiento sin igual: el preestreno metaversal de Jurassic World Rebirth.
Allí, entre nebulosas de datos y fotones convertidos en alfombra roja, se materializaron las emisarias cósmicas Ma Vaz y Victoria Arriba, portadoras de la crítica afilada y la mirada estratégica, viajeras incansables de los sistemas narrativos.
Junto a ellas, brillaron con luz propia las agentes Vanessa y Clara Díaz, guardianas de la palabra y de la diplomacia estelar.
Ataviadas con vestidos que destellaban como supernovas y llevando sobre sus corazones las insignias de Superdavitm, actuaron como embajadoras digitales de una civilización que no conoce fronteras ni límites dimensionales.
Primero atravesaron el photocall intergaláctico, donde flashes de energía ionizada las envolvían como rayos de una aurora boreal. Luego ingresaron en la gran sala de proyección, un coliseo estelar donde los rugidos de criaturas prehistóricas resonaban como ecos traídos desde la memoria fósil del universo.
El evento culminó en el cóctel orbital, un espacio suspendido entre sistemas binarios, donde se alzaron copas holográficas y se compartieron reflexiones sobre el poder del cine como vínculo cósmico. Allí, entre risas y destellos, las cuatro confirmaron lo que ya sabíamos: que el multiverso no es ficción, sino experiencia viva.
Así, el estreno de Jurassic World Rebirth trascendió la proyección para convertirse en acto estelar. Una alianza de voces que brillan como constelaciones, manteniendo encendido el faro de Superdavitm en todas las dimensiones.
— Crónica registrada en los Archivos Galácticos de Superdavitm